Trucos detrás de la «refrescante» fotografía de alimentos y bebidas

En las bebidas

Todo discípulo de la fotografía hemos intentado fotografíar cuando menos alguna vez bebidas queriendo lograr esa toma perfecta que haga a nuestro auditorio, querer beberla. Lograr esa toma que con solo verla se exclame el famoso: ¡Aaaah! 

Pero esto puede llegar a ser un dolor de cabeza más que algo refrescante. Y es que si eres nuevo en esto, debes de saber (o sino es que ya te diste cuenta), tanto las bebidas calientes como las frías pueden perder sus características de humedad o calidez conforme pasa el tiempo y cierto es, que tienden a durar muy poco, por ello y porque ya nos rompimos la cabeza más de una vez con estas sesiones, te traemos una serie de recomendaciones que nos han servido bastante, diferentes recursos para lograr que ese efecto visual que le de vida y sabor a nuestra foto

Hielos que no enfrían

La bebida que refrescará cuando menos tu portafolio. La decisión es fácil, si hace calor, queremos la bebida más fría de la mesa para refrescarnos. Sin embargo, a la hora de fotografiar algo “refrescante” que sea ideal para esos memorables veranos, la situación no resulta tan fácil como tomar unos hielos de la heladera y ponerlos en tu vaso.

El peor enemigo de un hielo es el aire y el líquido. Y estos de la fotografía perfecta, ya que no solo diluye la bebida, sino que, no duran lo suficiente flotando en la bebida. Es por esto que nosotros recomendamos “hielos” de otro material, de acrílico, por ejemplo, en diferentes tamaños y colores, estos podrán darte tiempo de sobra para realizar la toma. Sin embargo, hay que ser cuidadoso, los hielos de acrílico se pueden llegar a diferenciar de un cubo de hielo natural, su textura, forma y comportamiento. El hielo flota, los cubos de acrílico generalmente no. Los hielos normales adoptan formas muy diferentes mientras que los acrílicos o se acomodan unos a otros y cuesta colocarlos o se utilizan cubos irregulares que se amontonan. 

Pintando-té

Un té que aliviará el dolor de cabeza, pero únicamente del fotógrafo. Muchas veces preparar un té para aliviar un dolor o refrescarte el día, resulta ser más fácil que fotografiarlo y lograr que se vea “saludable”, pero con esta receta, tendrás fotos que te harán ver como todo un británico experto en tardes de té. 

Y es que en bebidas con cierto color, como los tés helados, el hielo tiende a diluir la bebida y con esto desvanece ese color de catálogo que tanto esperábamos fotografiar.  Por esto, a veces hay que pintar más la bebida o incluso los hielos para dar un aspecto real (o comercial) a ese delicioso té, que al final no te podrás tomar.